Un recorrido por ‘Una sociedad sin hijos’, para el que se necesitaron siete portadas: cinco cambios gráficos y tres títulos distintos
¿Una sociedad infecunda con un símbolo de prohibido? ¿Una sociedad infértil con una familia de cinco miembros detrás? Éstas son sólo algunas de las propuestas de portada del libro ‘Una sociedad sin hijos’. Aunque nos parezca una nimiedad, la maquetación de una portada es un proceso laborioso en el que intervienen numerosos factores.
En el diseño y maquetación de una portada participan múltiples actores, desde el portadista, aquel encargado de diseñar gráficamente la portada; el autor, que delimita el título y propone los conceptos a tener en cuenta por el diseñador de la portada; y, por último, el editor, quien gestiona todo el proyecto.
EN LA CREACIÓN DE UNA PORTADA EL PRIMER PASO ES ABSTRAER LA IDEA
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la portada es la primera impresión que el lector tiene de un libro, debe reflejar gráficamente el concepto del libro. El editor de ED Libros, Fèlix Riera, destaca la importancia del poder seductor de la portada:”Una portada ha de situar al lector ante una imagen que evoque el contenido del libro”
El primer paso es crear una idea conceptual. En este proceso, el editor es clave: “El papel de Fèlix es muy importante. Él propone los conceptos, sugiere las imágenes y luego se junta con el equipo para contemplar los matices”, aclara Jordi Lascorz, portadista de Opal Works y autor de la portada de libro sobre demografía española: ‘Una sociedad sin hijos’.
Aunque parece un proceso sencillo, muchas veces no se es consciente de todos los pasos que hay detrás. Ese es sin duda el caso de ‘Una sociedad sin hijos’. Riera incide en la dificultad extra cuando el contenido del libro es técnico: “En el caso del declive demográfico de España, se debe intentar situar al lector ante una propuesta ensayista”.
Riera compara el trabajo de un editor como el de un sismógrafo: “El editor de ensayo debe detectar los seísmos que se producen en el campo de las ideas».
LA CRONOLOGÍA DE UNA PORTADA
La primera versión de la portada de ‘Una sociedad sin hijos’ llevaba como título ‘Una sociedad infecunda’, acompañada de una señal de prohibido. El portadista del libro, Jordi Lacaroz explica por qué rechazaron esta portada: “Hablamos con Manuel (el escritor) y nos dijo que era mejor una señal de peligro que una de prohibido. Además, entre Fèlix (el editor) y él acordaron cambiar el titular a ‘Una sociedad infértil’.
La siguiente propuesta significó un giro de 180 grados: titular ‘Una sociedad infértil’, incorporando a la imagen de peligro una familia de cinco miembros detrás (una pareja con tres hijos).
“Manuel Blanco descartó esta propuesta por no resultar significativa. Hay que tener en cuenta que el tipo de familias de tres hijos no abundan en España, de hecho ese es el tema de reflexión del ensayo”, aclara Jordi Lacaroz.
Tras situar una familia de tres justo debajo de la señal de peligro, Manuel Blanco y Fèlix Riera decidieron acotar el título al definitivo ‘Una sociedad sin hijos’, que diera más visibilidad al concepto de aversión de la sociedad a tener hijos.
El autor del libro, Manuel Blanco Desar resume la falta de políticas que fomenten la fecundidad: “actualmente los europeos y especialmente los españoles de cualquier comunidad estamos haciendo lo mismo que los Hermanos Marx en la película ‘Go West’: estamos quedando el tren para mantener encendida la caldera”.
LA PORTADA FINAL REPRESENTA UNA VÍA DETERIORADA QUE NO LLEVA A NINGUNA PARTE
“Fèlix y Manuel me propusieron dar un giro a la portada, cambiando las señales de tráfico por una vía de tren desértica, para dar la sensación de un camino que tiene un final marcado”, aclara el portadista.
Con esta propuesta se llega a la portada definitiva, en la que se recortó el cielo y se dotó a las vías de un cáliz deteriorado. “Acordamos con Fèlix recortar el cielo, pues daba una sensación de optimismo que no se refleja en el transcurso del libro. Además, con el deterioro de las vías quisimos dar la sensación de un problema duradero, que viene desde hace mucho tiempo”.
En palabras del editor, la portada final extrae la idea principal del libro: “Es una carretera que no lleva a ninguna parte. La inexistencia de políticas activas que promuevan la natalidad nos hace ver que estamos en un cul de sac”.
En ese mismo sentido incide Blanco Desar: “la idea que transmite la portada final es que debido a la baja natalidad vamos a terminar en un páramo sin salida”.
LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA DE UNA VÍA DESÉRTICA
Blanco Desar es poco optimista con el futuro que está por venir. El libro no fue escrito con ánimo de alarmar gratuitamente, ni de discutir con las familias españolas por su aversión a tener hijos, sino para mostrar un análisis científico sobre las consecuencias de la revolución demográfica que vive Europa en general y España, en particular.
De hecho, el economista es aún más negativo con el futuro de España como nación: “sin nacimientos cualquier nación se desnacionaliza. Actualmente ser patriota es defender no sólo la Seguridad Social y nuestras pensiones, sino también pensar en el futuro demográfico de España”.
Blanco Desar advierte que este problema no es reciente y que, sobre todo, debe atajarse cuanto antes mejor: “en sólo una generación seremos el tercer país más senil del mundo, sólo detrás de Japón y Corea del Sur. Y, obviamente, España adolece del músculo económico, financiero y tecnológico de estos países para paliar las consecuencias de su baja fecundidad”.
“Ninguna comunidad española tiene futuro con esta patológica baja fecundidad que compartimos desde hace décadas”, señala el autor. De ahí, el símbolo de la vía desértica.
En esos mismos términos se expresa Riera: “La portada y el título final buscan representar la denuncia de un problema que avanza inexorablemente y cuestiona el futuro de nuestra sociedad”.